El frasco rinde homenaje al diseño de líneas rectas y a la pureza
visual; de tacto satinado y tapón dorado que ensalzan su arquitectura,
como el sol poniéndose en el horizonte en un precioso atardecer.
Un packaging hodierno y sin opulencias que nos presenta ese perfume
especial con el que vivir plácidamente momentos únicos y genuinos.
Una composición olfativa que transita con ingenio por las
alborozadas flores y las cálidas maderas, evolucionando con sutileza
hacia una estela almizclada, serena y distinguida.
Se presenta luminosa y femenina, con notas en salida de Mandarina
Italiana, Salvia Sclarea y un fresco Acorde de Brisa Marina. El corazón,
es puro y sin artificios, con un Acorde de Té Blanco, Absoluto de Mate,
Pétalos de jazmín y Agua de Rosas.